jueves, 14 de agosto de 2014

Billy Budd, de Herman Melville

Historia simple con reflexiones interesantes...

Quizás junto con "Bartleby el escribiente" y, por supuesto "Moby Dick", "Billy Budd" sea una de las obras de Melville más fáciles de encontrar en librerías. Lo primero que hay que decir de ella es que está incompleta al ser la última novela del maestro norteamericano, esa que no pudo acabar, y que, según la página de Wikipedia en inglés, comenzó en 1888, sobreviniéndole la muerte en 1891. La obra permaneció mucho tiempo oculta, hasta que en 1924 fue, finalmente, publicada por sus descendientes. Lo cierto es que, a pesar de ser el escritor de una de las obras más representativas de la literatura universal, como puede ser perfectamente Moby Dick, y de uno de los relatos más potentes que he leído, como puede ser el Bartleby, Melville alcanzó su fama como escritor al inicio de su carrera literaria y estas obras, que vinieron después, nunca fueron aceptadas por la crítica o el público. Sin embargo, no fueron del todo olvidadas. Un grupo de seguidores muy reducido mantuvieron vivas las obras del marinero norteamericano hasta que a mediados del siglo XX éstas se revalorizaron, sobre todo Moby Dick, y es, gracias a eso, que hoy lo conocemos como un clásico. Fue en la época del redescubrimiento de Melville cuando se proyecto la ópera de "Billy Budd" con música de Benjamin Britten y libreto de E.M. Forster que tuvo bastante éxito al parecer. A los diez años ya estaba el británico Peter Ustinov terminando de rodar su adaptación cinematográfica.

  Sobre la novela.

  "Billy Budd" narra la historia del marinero de nombre homónimo al título cuando éste se ve enrolado a la fuerza en el buque de la marina inglesa de  setenta y cinco cañones el Indómito a finales del siglo XVIII, momentos antes de las guerras napoleónicas contra Francia, ambiente que retrata muy bien Melville, aunque, para mi gusto, sin profundizar lo suficiente en él -supongo que se debe a ello en parte a que es una obra inacabada-. Billy es un gaviero de estribor, simpático, amigable, apodado por muchos como el Marinero Bonito debido a su simétrica belleza. Es, en pocas palabras el perfecto marinero. Pero hay que generar un problema, porque de ellos vive la ficción. Claggart, el maestro de armas -cargo que en esta época viene a ser una especie de policía dentro del barco para asegurar que todo está en orden-, le "coge manía", lo crean o no, porque sí, porque es el malo y punto, lo que me deja con bastante mal sabor de boca. Se tira literalmente un capítulo, el más aburrido del libro, por suerte bastante breve, en una digresión sobre la corrupción innata del espíritu de algunos seres humanos. El razonamiento de Melville es que Claggart es malvado porque nació malvado y no se molestó en cambiar su forma de ser. Pues bien, Claggart, el maestro de armas, se obsesiona con el pobre Billy como el capitán Ahab con la ballena blanca y empieza a urdir artimañas para echarlo fuera del barco, vivo o muerto. Y de eso, a grandes rasgos, va la novela. Existe un tercer personaje principal, del que se dibuja un boceto al principio y no aparece más hasta mediados del libro, que es capitán del navío, Vere el Estelar, un hombre apacible, sensato, justo y que, a veces de pasarse de culto, resulta pedante para sus subordinados, que no entienden del drama griego clásico ni de Tomás de Aquino.

  Una de las cosas que caracterizan la literatura de Melville son sus múltiples digresiones y que, como he podido comprobar leyendo "Billy Budd", no es una cosa aislada que se limite a "Moby Dick". Las digresiones tratan muchos temas, rompen el dinamismo de la obra al no ser necesarias en la estructura de la misma, pero generan un curioso efecto informativo que nos saca del camino para hacernos vagar por otros senderos en los que no nos imaginábamos previamente. Se puede decir que casi todo el comienzo es una gran digresión, o más bien un conjunto de ellas, que nos sitúa en el contexto ideológico e histórico apropiado, siendo una de las partes menos interesantes del libro. Se plantean varias cuestiones éticas, epistemológicas y ontológicas interesantes a lo largo de la novela, habiendo capítulos dedicados exclusivamente a la reflexión. Melville también inunda sus páginas con referencias al mundo marinero, por suerte aclaradas en las notas al pie del traductor/editor (se nos habla de la rebelión del Nore y de lo que paso en el buque Somers en 1842,...), al mundo bíblico (José, Abraham, Isaac, Caín, Saúl, David,...) y al mundo de la antigüedad grecorromana.

  Podríamos decir que lo mejor del libro son estas reflexiones interesantes. Sin duda, lo peor es la simpleza de la historia, resumible en pocas palabras, de la que ya os he revelado arriba casi la mitad. "Billy Budd" es una novela inacabada y eso hay que tenerlo en cuenta cuando se lee. No es una gran novela, pero se puede leer en una tarde y no sabe a tiempo desperdiciado. 

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