jueves, 6 de agosto de 2020

Orquídeas para Perséfone, de Nieves Guijarro Briones




No entiendo mucho de física cuántica, por no decir nada, pero hasta donde llego, la famosísima teoría de cuerdas habla de la posibilidad de otros universos más allá de aquel en el que nos encontramos. Aunque la física habla de la dificultad que podría suponer el viaje interdimensional, la narrativa de ciencia ficción siempre se ha amparado en esta puerta para construir toda clase de historias. Es cierto que Orquídeas para Perséfone no es una novela de scy-fy, pero también parte de este concepto y del estudio del sueño. Dentro del microcosmos de Orquídeas para Perséfone la mente es capaz de viajar entre dimensiones cuando duerme. Sé que la idea del desdoblamiento en el sueño no es particularmente original, pero sí lo es el enfoque que en esta novela se da.

Para empezar, el protagonista es un hombre joven que no encuentra su lugar en el mundo tras la muerte de su ser más querido: su abuela. Vaga como un flâneur por la ciudad mientras filosofa sobre su propia existencia y la de dios. Siempre cabizbajo, encuentra su único consuelo en su gato. Sin duda, pasa por una etapa dura. Sin despilfarros, trabaja a media jornada. No obstante, en uno de sus viajes astrales mientras duerme descubre a una persona, con aspecto de diosa griega, de la cual cae perdidamente enamorado. Una vez entiende que ese amor es recíproco dentro del sueño, llega el momento de hacerlo sólido en el mundo "real". Aunque, desde luego, no lo tendrá fácil: Perséfone al despertar olvida todo lo que sueña.

Según la autora y el prologuista, esta obra entra dentro de la tradición de fantasía onírica porque su universo narrativo se extiende en el mundo de los sueños. A partir de este punto de partida, Guijarro Briones introduce una historia cotidiana de amor. Sin embargo, la narración no se vuelve en ningún punto melosa o cursi. Los personajes protagonistas son inteligentes y tienen diálogos muy bien construidos. Quiero hacer hincapié en estos diálogos porque es a través de ellos donde mejor se aprecia la profundidad psicológica del narrador y, sobre todo, de su amada. Al principio estos diálogos no me terminaban de entusiasmar, pero a medida que fue avanzando la obra me fui haciendo a ellos. Por otro lado están los extensos monólogos del protagonista, que, en mi caso, se me han hecho muy ligeros por tocar temas de mi interés como la literatura, la filosofía, la astrología, la psicología o la mitología. Y es que Orquídeas para Perséfone es una novela corta, pero que mira hacia fuera. Presenta su propia manera de entender el mundo, ya existan en este los viajes interdimensionales o no. Y eso es magnífico porque el lector siente que no solo se entretiene con la obra, sino que, además, aprende cosas nuevas. En mi caso, el intenso debate que tiene el protagonista sobre el color púrpura y el violeta (que para mí eran casi lo mismo) me encantó porque se hace todo un despliegue de referencias históricas, teológicas y filosóficas que no conocía.

He de reconocer que no he leído nada dentro de este género, pero sí que me ha recordado remotamente a películas que tratan viajes astrales dentro de los sueños, incluyan o no enamoramientos. El referente más preciso que tengo en la mente es Waking Life (Richard Linklater, 2001), una de mis películas favoritas. Eso sí, Orquídeas para Perséfone es mucho más afable con el consumidor que la película de Linklater, pero no por ello se deja de prestar a una relectura. No es el típico libro de leer y guardar, pero una primera lectura es más que satisfactoria. Orquídeas para Perséfone es una grata sorpresa que acompañará las noches de más de un lector.

Lean mucho, coman con moderación y namasté.

Reseñas de otras obras de Nieves Guijarro Briones: La cruz y el cerdo,



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