viernes, 25 de agosto de 2017

El valle del caos, de Friedrich Dürrenmatt




En el cantón suizo del Valle del Caos una pequeña pequeña aldea sobrevive proporcionándole servicios a los turistas multimillonarios que se alojan en una casa de reposo, una especie de complejo de lujo donde reina la tranquilidad. Sin embargo, la compra de éste por un capo de la mafia estadounindense, conocido por los maleantes como el Gran Viejo, contribuirá a la caída en picado de la economía de esta aldea. El Gran Viejo sabe que El Valle del Caos está lo suficientemente aislado como para poder esconder allí a los miembros de su sindicato del crimen cuando sea oportuno. De esta forma y para evitar sospechas, nombra dos regentes: uno para el verano, Moses Melker, y otro para el invierno, Von Kücksen. Mientras que Moses Melker, teólogo de la riqueza, dará cobijo a ricos que busquen desprenderse de todos sus lujos y posesiones, el aristócrata liechtensteiniano Von Kücksen acogerá a los mayores delincuentes del planeta, formándose así una tapadera casi perfecta, que la violación de una niña y la denuncia contra el perro presuntamente peligroso de ésta romperá. 

Estamos ante una novela más cercana y ágil de Dürrenmatt en la que vuelven a presentarse los elementos recurrentes de su estilo: la ironía, la sutileza para tratar lo comprometido y la ocultación de información vital entre personajes y hacia el lector. Al igual que en Griego busca griega asistimos a un incremento de la importancia de lo erótico y a un fuerte uso de lo carnavalesco, en el sentido de que todos los personajes pueden dar cambios bruscos dentro de la jerarquía socioeconómica, como le ocurre a Moses Melker, quien tras haber asesinado a sus dos esposas ha acumulado una gran riqueza. Otro detalle propio del carnaval es el cambio de identidades, que aquí se encuentra muy presente en el personaje de Miguel, un cirujano plástico que al servicio del Gran Viejo modifica los rostros de los miembros del sindicato. Del mismo modo, que a la casa de reposo acudan los ricos en verano a vivir como pobres es otro elemento que le otorga una gran fuerza a este espíritu carnavalesco que, como decimos, posee la novela.

Cuando la ironía lleva a lo carnavalesco el humor no suele quedarse a un lado y, aunque en El valle del Caos se toquen temas muy trascendentales, también en ella lo cómico se halla presente. Sin embargo, los toques de novela negra con los que Dürrenmatt impregna la narración hacen que este humor también oscurezca y se sienta a veces lleno de malicia. Es, además, una novela donde la sátira reina y la conciencia crítica es rastreable en cada párrafo. Se produce una crítica feroz de las religiones monoteístas en general y de la cristiana en particular en el discurso/personaje de Moses Melker, quien vive desesperado por tratar de convencerse a sí mismo y a los demás de que Dios los acogerá en su gracia tras la muerte. Es posible ver también una crítica a la riqueza en Melker, que pronto descubre que el dinero no le da la felicidad ni a él ni a nadie y que es esa infelicidad la que le lleva a herir a los demás. Otros temas que son muy criticados en la novela son: la ineficacia de la policía y los ejércitos, la ignorancia de los campesinos que por una falta de conciencia crítica ven como natural auténticas barbaridades, el aprovechamiento de unos pocos de la buena voluntad de la gente ingenua, etcétera. 

La novela es corta y la prosa es simple en su forma, aunque, como es típico en Dürrenmatt, los contenidos estén magistralmente distribuídos. Tiene toques de todo lo que he leído de él hasta ahora y se muestran de una forma intrigante y concienzuda como corresponden a la madurez de un escritor de su calibre, por lo que El valle del caos no deja de ser una novela altamente recomendable, sintética, original y que aporta mucho material sobre el cual reflexionar.





martes, 22 de agosto de 2017

Clases de baile para mayores, de Bohumil Hrabal



Os aviso ya de antemano que esta reseña será muy breve y que se va a parecer más a una serie de apuntes que a una reseña como tal. Dicho esto, empecemos.

Clases de baile para mayores es un relato largo de Bohumil Hrabal en el que pretende homenajear a su fallecido tío Pepin, quien fue "su musa" y también "su héroe" tanto en la vida real como dentro del universo propio de este relato. Aquí vemos como un anciano Pepin le cuenta "sus batallitas" a una joven prostituta. Hrabal se centro mucho en lo que cuenta Pepin y en cómo lo cuenta, por lo que la simulación del lenguaje hablado coloquial y dialectal es grande. En la deslavazada e intermitente narración de Pepin se mezclará lo tierno con lo grotesco, lo sexual con lo espiritual y lo absurdo con lo histórico. Es un relato muy inconexo, que invita a perderse en el buen sentido, y que está plagado de un humor negro que, seguramente asustaría a las más altas damas, pero no a la compañía habitual de Pepin, que, por otra parte, tampoco le echa demasiada cuenta. Hrabal despliega una visión carnal de la humanidad en un sentido muy próximo al de Rabelais, donde los límites de los decoroso se rebasan con facilidad porque no pueden ser ignorados ni por mujeres ni por hombres. 

Como lectura rápida y entretenida está bien -diría que incluso muy bien si echáís de menos a vuestros abuelos y sus maravillosas y poéticas historias-, aunque, en mi opinión, Trenes rigurosamente vigilados es un texto mucho mejor del mismo autor. Os dejo otra reseña de Un libro al día con la que coincido bastante.

Más reseñas de libros de Bohumil Hrabal en esta esquina: Trenes rigurosamente vigilados, Anuncio una casa donde ya no quiero vivir

viernes, 18 de agosto de 2017

El núcleo del disturbio, de Samanta Schweblin






El núcleo del disturbio es el primer libro de cuentos de la argentina Samanta Schweblin. Al igual que muchos otros de su país, Schweblin es una excelente cuentista de lo neofantástico y goza de una gran fluidez en la expresión, así como de un fuerte y marcado carácter simbólico en los temas que trata. El núcleo del disturbio está compuesto por doce cuentos titulados:


  • Hacia la alegre civilización de la capital
  • Matar a un perro
  • Mujeres desesperadas
  • Adaliana
  • La pegajosa baba de un sueño de revolución
  • El destinatario
  • Agujeros negros
  • Mismo lugar
  • El momento
  • La verdad acerca del futuro
  • Más ratas que gatos
  • La pesada valija de Benavides



Cada uno se centra a su manera en explicar metafórica y literariamente qué es lo que da origen a los problemas, entendiéndolos en su faceta más general y humana. Comentaremos brevemente cada uno de ellos, centrándonos especialmente en su dimensión temática. 


Hacia la alegre civilización de la capital es un relato kafkiano sobre la familia y la independencia donde se habla sobre el miedo a dejar el nido y adentrarse en lo desconocido, contemplando al mismo tiempo el tedio de continuar en dicho nido y la coartación de la libertad que permanecer en la cuna implica. Schweblin nos pincela relaciones amor-odio con las figuras paternas y nos explica un posible origen del sentimiento de nostalgia. Al mismo tiempo se trabaja la complejidad de la dicotomía campo/ciudad.


Por su parte, Matar a un perro trata sobre la inhumanidad del acto de matar a un perro. En él el narrador va a someterse a una prueba de una mafia para poder ingresar en ella. Deberá matar a un perro, pero lo que puede parecer una tarea sencilla en teoría acaba resultando más complicado de lo que uno espera.


Si Matar a un perro es un relato más o menos realista, con Mujeres desesperadas vuelve la Schweblin onírica, kafkiana y mágica. En este relato se habla sobre el dolor de las mujeres al ser tratadas como objetos de usar y tirar por parte de los hombres. Es una clara denuncia a una sociedad patriarcal donde las mujeres parecen valer sólo si tienen a un hombre que las proteja. Mientras que entre hombres hay una clara camaradería, entre mujeres, el dolor provocado por el juego patriarcal las lleva a luchar por crear una nueva jerarquía entre ellas. Pronto, las mujeres descubrirán que la única forma de escapar de la situación es no aceptar el juego y actuar unidas.


Adaliana es otro relato contra la violencia machista en el que se muestra a las mujeres como víctimas y cómplices del patriarcado. Escudero tiene a su servicio a un edificio lleno de mujeres a las que violará hasta que alguna de ellas se quede embarazada. Adaliana deberá sentir con dolor como en ella germina esta semilla de la violencia.


La pegajosa baba de un sueño de revolución trata sobre la lucha por la libertad o por una ampliación de la libertad de un mismo. Se nos muestra como en un bar se produce diariamente una pelea cuando van a dar la hora del cierre. La lucha por la ampliación de la libertad se vuelve adictiva y lejos de darnos lo que tanto ansiamos parece sólo servir para extender el conflicto.


El destinatario es, por otro lado, un relato alegórico sobre un viaje sin retorno en el que un simple y extraño encargo se convierte en una trampa.


 Con Agujeros negros nos llega la pregunta de dónde nos ubicamos cada uno en esta sociedad posmoderna. Es uno de los relatos más enigmáticos. Una tríada de personajes se teletransporta porque sí a lugares en los que ya han estado. Estas teletransportaciones repentinas se tratan como una enfermedad, porque hasta cierto punto son incómodas y molestas y no nos permiten avanzar.


Mismo lugar es un extraño relato pesadillesco en el que el narrador revive una y otra vez las pérdidas de su hija y su amante, así como el error en lo que parece ser una importante misión de espionaje. Escoja la opción que escoja no puede evitar la asfixia. Tanto este relato como el anterior recuerdan mucho al Virgilio Piñera de Cuentos fríos


El momento es un lugar que le recomienda su médico a Ernesto para desestresarse. Este es dirigido por Dios, un tío por lo demás bastante humano. El Momento es una especie de atracción turística que sirve de símbolo para ese milagro de “te ibas a morir pero no”, que Dios utiliza para vender souvenirs, pero también para que las personas se traten mejor entre sí. El Momento es mantenido de noche por Boris Vian y de día por Jean Paul Sartre. Ya os podéis imaginar las altas dosis de humor que tiene esto. En mi opinión, es junto con el último relato el mejor elaborado de la recopilación. 


La verdad acerca del futuro trata sobre lo difícil que es dejar el pasado atrás y avanzar en medio de la incertidumbre. También trata de la complejidad de las relaciones humanas, que son movidas por el interés, el temor, el dolor y el amor.


En Más ratas que gatos se nos habla de cómo los conflictos nacen en el momento en que las personas creen que hacen lo correcto y chocan. Schweblin nos sitúa primero en un pasteloso escenario de bondad para luego mostrarnos la chispa que desencadena la catástrofe que nos lleva a la pregunta final: ¿mereció la pena? 


El último de los cuentos es La pesada valija de Benavides. Se construye como una crítica a la normalización de la violencia de género y a las ideas patriarcales que mal cimientan la industria cultural contemporánea. La mujer de Benavides es tratada como objeto por los personajes centrales masculinos. Mientras que Benavides le da un valor de uso (afectivo), Corrales y Donorio le dan valor de cambio (abuso económico). La economía, escusada en la estética rompe con la intimidad de la muerte de la mujer de Benavides. Por otro lado, se trata el tema de la culpa en Benavides, que quiere aliviar ese peso con la ayuda del doctor Corrales. Sin embargo, ésta abusa de confianza y contribuye a situarlo en el núcleo del disturbio. Este es uno de los mejores relatos del libro –en mi humilde opinión- y me ha recordado muchísimo tanto a Virgilio Piñera en su estilo como al Barbazul de Max Frisch.

En definitiva, El núcleo del disturbio, ya sea por los interesantes temas que trata o por la minuciosa forma en la que las historias están escritas, constituye un más que recomendable libro de cuentos. 

Reseñas de otras obras de Samanta Schweblin en esta esquina: Pájaros en la boca, Siete casas vacías, Kentukis




viernes, 11 de agosto de 2017

La muerte de la Pitia, de Friedrich Dürrenmatt



Tusquets reunió hace unos años algunos de los relatos más conocidos de Friedrich Dürrenmatt en una antología titulada La muerte de la Pitia, la cual se compone de:
  • El perro (1951)
  • El túnel (1952; aunque la que se traduce aquí es la versión final de 1978)
  • La avería (1955)
  • La caída (1971)
  • La muerte de la Pitia (1976)
Hablemos de cada uno de ellos por separado antes de dar una visión de conjunto.

En primer lugar, El perro es un relato con bastante magia en el que un escéptico persigue a un predicador religioso -de estos que van con las barbas por los suelos y creen que vienen los marcianos a salvarnos- hasta su casa, donde conoce a su hija y, sin venir mucho a cuento, se convierten en amantes. El viejo cree haber sido llamado por una voz celestial para la predicación y después de haber abandonado su vida pasada llena de éxitos se habría topado con un perro de carácter agresivo que se habría convertido en su mascota, siguiéndolo a todas partes. La hija tratará de convencer a su deslucido amante para que mate al perro. 

A este relato le sigue El túnel, en el que se narra un suceso de corte kafkiana. Un joven que toma siempre el mismo tren se percata de que en esta ocasión el vehículo tarda demasiado en abandonar un túnel. Esto le hace darse cuenta de que algo no anda como debería y que hay que sacar de allí el tren cuanto antes. 

El tercero de los relatos (La avería) parte de una avería literal mecánica que hace que Alfredo Traps tenga que pasar la noche en casa de un juez jubilado en un pequeño poblado suizo. Por casualidades del destino el ex-juez había invitado a cenar a sus amigos, retirados también como él. Juntos le proponen a Traps revivir un juicio a modo de juego teniéndole a él como acusado, lo que acabará sacando a la luz todos sus trapos sucios. Es el único de los relatos en el que Dürrenmatt utiliza estrategias sacadas de la novela policíaca.

Por otro lado, La caída es un relato más bien político y satírico, en el que se narra la última reunión llevada a cabo en el seno de un partido comunista ubicado en el poder al más puro estilo soviético. Me ha encantado, como detalle, la impersonalidad y la frialdad en el trato de Dürrenmatt con estos personajes, que se sienten como guiñoles movidos por los resortes del poder y del miedo.

El último relato le da nombre a la antología. La muerte de la Pitia constituye una reelaboración cómica, partiendo siempre desde el respeto, del mito de Edipo Rey, un clásico imprescindible. Nos coloca en el punto de vista de Pániques IX, la pitonisa de Delfos que le cuenta a Edipo cuál será su cruel destino. Lo cierto es que lo hace un poco a voleo, pues ni ella misma cree un ápice en los oráculos, pero lo que dice tendrá consecuencias desastrosas. En mi opinión, es éste el mejor relato, pero cuenta con la cortapisa de que para poder disfrutarlo te es necesario haber leído previamente la tragedia de Sófocles. 

En todos los relatos podemos apreciar en mayor o en menor medida los mismos temas: el miedo, la muerte, la fe y su pérdida, la delgada línea interpretativa que separa el destino de la casualidad, las historias verdaderas como aquellas que nunca terminan de aflorar, el descenso a los infiernos, la mentira,... Si bien algunos son más cómicos y otros más dramáticos la ironía persiste en todos ellos. Del mismo modo Dürrenmatt demuestra aquí un gran dominio de la sutileza, la metáfora y el símbolo. Sin embargo, estos cuentos no se sienten tan poderosos como las novelas que ya hemos reseñado aquí y hay momentos que nos pueden resultar redundantes. De la misma forma algunos acontecimientos pueden parecernos algo forzados, sobre todo en los tres primeros relatos.

Más reseñas de obras de Dürrenmatt en esta esquina: El juez y su verdugo, Griego busca griega, La promesa, El valle del caos, La vista de la vieja dama, El encargo,


martes, 8 de agosto de 2017

La promesa, de Friedrich Dürrenmatt




La historia tras esta novela policíaca de Dürrenmatt es, como mínimo interesante. En 1957 el director de cine polaco-español Ladislao Vajda quería dirigir una película en las montañas suizas que tratara el polémico tema del abuso sexual de menores y no se le ocurrió a nadie mejor para encargar el guión que a Friedrich Dürrenmatt, que en aquel momento ya era uno de los escritores suizos más aclamados a nivel internacional. De esta mutua colaboración de genios apareció una de las joyas más grandes de la cinematografía española: El cebo. No obstante, y tras el éxito del filme, Dürrenmatt decidió, por su cuenta, manipular el guión, centrándose mucho más en el personaje de Matthäi y aportando una ironía que hubiera sido inconcebible para la gran pantalla en aquel momento, pero que bien podría presentar en la literatura al disponer de un público mucho más reducido y ya acostumbrado a cualquier cosa. Los cambios que realiza Dürrenmatt son muy sustanciales, tanto en la forma de ser narrados como en su contenido, y son expuestos frente a lo que sucede en la película como reales. Dürrenmatt  se presenta en La promesa a sí mismo como un narrador en primera persona que tras una conferencia en Zürich conoce a quien habría sido el superior del comisario Matthäi, que le cuenta toda la historia de su subordinado y sugiere diversos retoques -que luego habría seguido el propio escritor- para convertir la narración de los hechos "reales" en una producción de cine. Con esto Dürrenmatt no sólo hace en su novela una crítica de su película, sino que, además, elabora una parodia brillantísima sobre todo el género de la novela policíaca, destacando las enormes distancias que alejan a este tipo de narrativa de las investigaciones policiales reales que se producen en el día a día. Sobre todo, Dürrenmatt pone de relieve como en la vida real el asesino no tiene por qué ser descubierto -y mayoritariamente no lo es casi nunca-, mientras que en la novela policíaca su aparición se vuelve forzosa para reforzar argumentalmente el relato y contentar la intriga del lector. También nos da un aviso sobre cómo los héroes de las películas encuentran muchas veces el éxito -sobre todo los de Hollywood- más por casualidad que por otra cosa, por lo que emularlos en la vida real puede ser tan peligroso como estúpido.

Sin desvelar mucho la trama, haré una pequeña sinopsis de los momentos iniciales de la historia, para aquel que ni se haya visto la película ni se haya leído el libro. El cadáver de una niña es encontrado en un pueblo de Suiza Oriental y un grupo de agentes se presentan en la escena del crimen. Todas las sospechas del homicidio apuntan al buhonero que habría descubierto el cadáver, por diversos antecedentes de abuso de menores y porque vendía navajas de afeitar similares a la que se habría utilizado en el atentado, pero el comisario Matthäi tiene la certeza de que es inocente, aunque sólo se lo indique su intuición de sabueso, por lo que le promete al acusado su protección. Como nadie se atreve a darle a los padres de la niña la noticia de la muerte de la misma, Matthäi decide encargarse él mismo, prometiéndole a la madre de la pequeña dar con el culpable. A pesar de que el buhonero confiesa y se suicida, Matthäi sigue buscando, convencido de su inocencia y de que el verdadero asesino sigue ahí afuera. No obstante, cumplir con lo que se promete un poco a la ligera en la vida real es a veces mucho más difícil de lo que uno pueda llegar a esperar.

La novela resulta incluso más impactante y truculenta que la película y habrá momentos en los que al lector se le pongan los bellos de punta. La táctica que empleará Matthäi para dar con el asesino es como mínimo arriesgada y estúpida y para llevarla a cabo tendrá que mentir y poner en peligro las vidas de otras personas; aunque su fin -proteger a los niños de su país- sea muy positivo, las medidas tomadas no dejan de constituir una locura injustificable. De nuevo, vemos desplegadas las mejores herramientas literarias de Dürrenmatt, que son: su buena distribución de la información y como los personajes se ocultan datos vitales entre ellos, la sutileza con las que se tratan temas delicados y la ironía bien trabajada, que en ocasiones muestra incluso ligeras pinceladas de humor. Del mismo modo se tocan temas recurrentes en él como: la obsesión, la fe y su pérdida, la subida/caída de diversos personajes dentro de la jerarquía socioeconómica, el tabaco -sí, por algún motivo los personajes del suizo aparecen fumando cada vez que pueden-, la crudeza de lo verdadero frente a lo ideal y la incapacidad de afrontarlo,... En definitiva, una gran parodia de la novela policíaca, perfectamente hilada y que no dejará a nadie indiferente.

Tenéis más reseñas de La promesa en Leer sin prisa  (un tanto superficial) y en Solo novela negra (donde no sólo se resume la novela entera, sino que también aporta algún que otro dato erróneo).

Más reseñas de obras de Dürrenmatt en esta esquina: El juez y su verdugo, Griego busca griega. La muerte de la pitia, El valle del caos, La visita de la vieja dama, El encargo,



viernes, 4 de agosto de 2017

Griego busca griega, de Friedrich Dürrenmatt




Arnolph Arquíloco es un subcontable más en el profundo océano de los contables de Petit-Paysan S.A., una compañía que fabrica desde abrelatas hasta cañones atómicos. A pesar de trabajar para una empresa mercenaria, Arquíloco es un hombre de una moral inquebrantable, por lo que ni fuma, ni bebe, ni come carne como el buen miembro de los neopresbiterianos de los primitivos cristianos que es. Cree que todo el mundo es bueno por naturaleza, aunque haya quien aún no ha encontrado su camino -como es el caso de su hermano Bibi, un criminal con todas las de la ley-. Por eso Arquíloco se deja guiar por modelos que él mismo establece en lo que llama su particular ordenación moral del mundo, ocupada en un primer y segundo puesto por su presidente y su obispo. Sin embargo, este tipo de vida es monótona y solitaria, por lo que su camarera habitual le recomienda buscarse una novia, sobre todo teniendo en cuenta que con su pulcritud Arquíloco no ha "estado" nunca con una mujer. De esta forma, Arnolph coloca el famoso anuncio en un periódico local. Arquíloco ha tenido antepasados griegos y, aunque nunca ha pisado suelo heleno, se siente más griego que nadie, por lo que busca a una chica que se vea en la misma situación. El anuncio será contestado por una bellísima mujer llamada Chloé Saloniké. A partir de este momento Arquíloco no dejará de tener una exagerada racha de buena suerte.

Dürrenmatt nos presenta una novela satírica con un fuerte componente de crítica social, religiosa, ética y política, donde aparecen personajes caricaturizados que se sienten, para sorpresa del lector, como muy reales. La moral y la pérdida de la fe son elementos centrales en una novela en la que Arquíloco va descubriendo cómo son realmente sus modelos morales y tras cuántos kilos de hipocresía se esconden para contentar a las masas, cometiendo a espaldas de estas incluso algún que otro acto no ya reprochable, sino a veces abusivo y hasta delictivo. Petit-Paysan se declara un filántropo, pero no declina fabricar armamento nuclear si hacerlo le reporta beneficio económico. El obispo Moser predica la abstinencia y advierte de las tentaciones de la carne, pero luego es el primero en irse de putas. El presidente aprueba leyes y medidas anti-alcohólicas, pero en su casa no duda en descorcharse las botellas de vino que haga falta. Y así un largo etcétera de personajes que irán apareciendo en las páginas de Griego busca griega

Al igual que en El juez y su verdugo Dürrenmatt nos ofrece una visión inicial mínima de los personajes, donde todos -incluído el protagonista y aunque él no lo sepa- se ocultan datos los unos a los otros. Esto da lugar a que al principio los acontecimientos nos puedan llegar a parecer una locura descontrolada, en el sentido más humorístico que podamos otorgarle, aunque luego, sin dejar de lado este humor, va cogiendo forma magistralmente. Dürrenmatt juega mucho con la sutileza, la ironía y, especialmente en esta novela, con lo carnavalesco, pues la jerarquía social de los personajes se ve alterada profundamente y como de la noche a la mañana, lo que los deja -y a nosotros también como lectores- en una sensación de vértigo, al no sentir los pies fijos al suelo. 

Como dato interesante hay que decir que, aunque la novela no se desarrolla en Grecia, hay muchos elementos que pretenden de manera sutil asociarla con la cultura de dicho país. En primer lugar, se construye su protagonista como un héroe que es ayudado por los dioses (los modelos morales de Arquíloco), quienes saben que el destino que le espera a su protegido es terrible. Otro detalle es que dentro de la propia novela hay un momento de anagnórisis que recuerda a la escena en la que Edipo en el Edipo Rey de Sófocles se arranca los ojos. También hay un panteón, al menos para Arquíloco, donde los modelos/dioses, al igual que en la mitología grecolatina, son poderosos, aunque imperfectos, pues pueden coexistir en ellos las pasiones más bajas con las más nobles aptitudes.

En definitiva, una novela que me ha gustado bastante más que la anterior que leí de Dürrenmatt y a la que creo que se le puede sacar más chicha. La veo más original, fresca y agradable de leer. Comparte con El juez y su verdugo muchos de sus temas, aunque creo que el enfoque humorístico le proporciona mucha más fuerza en este caso. 

Más obras de Friedrich Dürrenmatt reseñadas en esta esquina: El juez y su verdugo, La promesa, La muerte de la pitia, El valle del caos, La visita de la vieja dama, El encargo,