jueves, 3 de julio de 2014

Una primera impresión de "El rodaballo" de Günter Grass



Tenía muchas ganas de repetir con Günter Grass este verano, después del buen sabor de boca que me dejó "El tambor de hojalata" (algún día habrá reseña, ¡lo juro!). Estaba en una tienda de libros de segunda mano cuando encontré esta preciosidad por sólo dos euros. Daba igual si tendría luego que prescindir de alguna cerveza: el libro lo merecía sólo por el nombre de su autor y de momento no me está decepcionando, aunque bien es cierto que sólo llevo digeridas poco más de 100 páginas de las 568 que tiene.

Pero, ¿de qué va o de qué me parece a mí que va "El rodaballo"? Pues al parecer trata (o parece que trata) sobre un pescador neolítico sometido por el matriarcado en una sociedad en la que las mujeres tienen tres pechos y dan de mamar tanto a los varones adultos como a los más pequeños. Basta con negarles la leche a los más gallitos para que se vuelvan sumisos corderitos. En este curiosísismo escenario, nuestro pescador captura a un rodaballo que habla. Éste se convierte en su amigo y guardián y le da consejos para elevar al hombre al primer lugar de la historia, es decir, aboga por la sustitución del matriarcado por el patriarcado. Su ayudante y nuestro protagonista y narrador recibe entonces el poder de reencarnarse en otras personas cuando muere. Así es como está presente en todas las edades históricas para ayudar al rodaballo a lograr su objetivo. Pero luego, el pez plano se cansa y dice que la causa masculina no vale una mierda y se deja pescar de nuevo en los 1960-1970 por un trío de lesbianas que lo llevan a juicio por haber contribuido a relegar a la mujer a un segundo plano histórico, lo que sin duda ha hecho. En una bañera en medio del tribunal, el rodaballo irá contando paso a paso todo lo que sabe, mientras que el pescador lo observará desde un retirado banco, mostrando un escaso interés (¿con el fin de que no se descubra su identidad?). Al mismo tiempo que se sucede el juicio, que se prolongará meses, el pescador recuerda sus vidas pasadas y sus amantes, -como el las llama cariñosamente- sus cocineras.

Y en resumidas cuentas "El rodaballo" es (o parece ser) esto. Como podemos ver una historia muy original. Muy en consonancia con el universo particular de Günter Grass. De momento llevamos un mes de juicio y el rodaballo aún no ha sido acusado por el tribunal feminista de forma unánime, pero parece que poco le queda si no ocurre nada antes. Por lo que yo os voy a dejar ya y me voy a zambullir en el libro mis buenas dos horas para saber qué pasará con el amable y sabio pez. Seguiremos informando...

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