viernes, 11 de julio de 2014

Barba Azul, de Max Frisch

Novela breve heredera del mejor Kafka...


Hace no mucho Alpha Decay publicó una novela (El hombre aparece en el holoceno) de este reconocido autor suizo y como estoy estudiando alemán, en principio, me pareció bien comprarla. Tenía pensado leerla pronto, pero con la llegada del verano, he tenido que volver a mi pueblo y, claro, no todo cabía en el equipaje. Quería leer también otras novelas. El caso es que me arrepentí un poco, pero nada del otro mundo. Pronto descubrí -lo sospechaba desde hacía meses- que la biblioteca de mi pueblo si se caracteriza por una cosa es que para elegir los libros no tiene criterio ninguno. Lo mismo te traen novelas raras -y buenas- como ésta, que te ves que la repisa de Dostoievski sólo están "El jugador" y "Los hermanos Karamazov". Sin embargo, mejor así, porque si no, muy posiblemente, jamás habría leído este gran libro que es "Barba Azul" y no me habría quitado de encima la espinita Frisch.

"Barba Azul" es una novela ligera, breve. De esas que te lees en una tarde si te pones y que provoca en ti el placer de saber que has leído algo bueno, interesante, inteligente.

Versa sobre el doctor Schaad, un hombre con amnesia al que se le acusa de haber matado a su penúltima exmujer, la cuál era prostituta de lujo, un dato que no parecía importarle al acusado. Pero el doctor Schaad no es un médico cualquiera -no, no tiene superpoderes-; su rareza radica en su extraño comportamiento, sus aparentes problemas con la memoria y sus seis exmujeres y las extraordinarias relaciones que guarda con ellas. El doctor Schaad es un hombre irascible, aunque él no lo recuerda, que solía romper sus propias pertenencias para atraer la atención de sus esposas y poder dar largas peroratas sobre un tema que no se especifica nunca, pero que parece ser siempre el mismo. Es, así mismo, ensimismado. La novela narra de forma paralela los interrogatorios y los pensamientos (que nada tienen que ver, aparentemente con el caso) del doctor protagonista, pensamientos que tratan sobre el deporte del billar, el dar de comer a las palomas o la calma fría y cálida de las saunas. Esto es un elemento estructural que hace muy interesante la novela porque convierte la lectura en un divertido juego intelectual en el que un lector debe establecer relaciones entre las escenas. La construcción en paralelo (al igual que las películas) aporta mucho dinamismo. Toda la novela en su conjunto constituye una gran descripción psicológica del doctor Schaad, que será apodado por su última mujer como Barba Azul, aquel personaje loco de la literatura popular que tuvo muchas esposas y las asesinó a todas. Como caso es imposible e inverosímil y la forma de actuar de nuestro protagonista no parece nada lógica. Hay ciertos elementos que la convierten en una novela imposible, como, por ejemplo, el instante en el que comienzan los interrogatorios -totalmente serios- sobre los sueños que ha tenido Schaad, o los interrogatorios a personas difuntas, donde la víctima muerta es incluso interrogada constituyendo éste un curioso método para profundizar en el personaje y restar protagonismo al amnésico doctor. La atmósfera de absurdo kafkiano nos acompaña, pues, durante toda la obra, desembocando en el inevitable final, que no desvelaré por eso de que la novela es corta y no quiero hacer spoiler. 

Es, en general, una buena novela, que te hace reflexionar sobre las relaciones humanas, la justicia y el asesinato, que recuerda un poco al argumento de "El proceso" de Kafka, pero que también mantiene, por otro lado, un magnífico estilo propio que, de momento, no sé si Frisch emplea en el resto de sus novelas. En cualquier caso, recomendable. Si te gustan este tipo de novelas, claro.


4 comentarios:

  1. Hay que informarse mejor. Barba Azul no fue un pirata asesino de mujeres. Se trata de un personaje de ficción del escritor francés Charles Perrault en uno de sus cuentos infantiles màs famosos. Si es cierto que en la historia este personaje encierra y asesina a sus esposas pero no fue pirata. De seguro te dejaste llevar por lo de la barba y lo confundiste con el corsario turco Barbarroja que sí existió pero cuya especialidad no era matar mujeres sino màs bien saquear toda embarcación española en el Mediterráneo. .

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    1. Tienes razón, Yulian. Me disculpo y te doy las gracias por ver el fallo. No conocía el cuento de Perrault y, como dices, debí dejarme llevar por lo de "barba". Esta reseña ya tiene sus años y, como tantas otras primerizas del blog, peca de la inexperiencia de su redactor. Será corregida como las demás cuando disponga de tiempo.

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  2. Hola esperando que sigas activo en tu blog, acabo de leerlo me interesaría saber tu opinión acerca del final que me ha dejado algunas dudas que tal vez puedas aclarar, sobre el accidente de auto y su amnesia de antemano gracias y saludos

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    1. Sigo activo, pero para serte sincero tendría que leer de nuevo la novela, ya que han pasado varios años y otras cientos de lecturas encima.

      En cualquier caso, gracias a ti por pasarte.

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