Sumji es un chico judío de unos once años que vive en el protectorado de Palestina meses antes de que se forme el estado de Israel. Aunque nada va demasiado bien en su mundo, cuando su tío, un estraperlista alemán, le regala una bicicleta de chica nada volverá a ser lo mismo. En una sola noche tendrá una serie de experiencias que le harán consciente de lo efímero que son los objetos materiales y la compañía de determinadas personas en el largo transcurso de la vida. La bicicleta de Sumji es un relato largo de Oz en el que trabaja desde lo que empiezo a creer que es su zona de confort: la infancia como niño judío en el protectorado británico de Palestina. Si bien Una pantera en el sótano me pareció mucho más sólida que esta Bicicleta de Sumji creo que para lo poco que pesa (casi) merece la pena, aunque si no se lee tampoco pierde uno gran cosa. Quizás no tenemos la visión adulta sobre la infancia que tanto sorprendía en Una pantera ni las cuestiones políticas y éticas gozan de esa profundidad, pero el tema es otro y la forma de narrarlo es bastante humilde, lo cual se agradece. Algo tan sencillo como la búsqueda de la estabilidad de un niño y el descubrimiento de que nada es eterno. Quizás lo que más me ha llamado la atención es la mención al sargento Dunlop y a las clases de inglés-hebreo que mantiene con el protagonista. Muy posiblemente ese diálogo habría sido el germen de Una pantera en el sótano, que Oz escribiría casi veinte años después.
Reseñas de obras de Amos Oz en esta esquina: Una pantera en el sótano, Conocer a una mujer, Queridos fanáticos, La caja negra,
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