martes, 9 de febrero de 2021

Las 13 lunas de Berhert, de VV.AA.

 


Repaso la lista de obras reseñadas en esta esquina y me doy cuenta de que esta es la primera antología de relatos que traigo en los numerosos años de actividad de este espacio. Normalmente, soy reacio a comentar obras donde intervienen muchos autores, pero, como en este caso, los textos llegan de la mano de un amigo al que le he prometido reseñar la obra, no puedo negarme. Las 13 lunas de Berhert se trata de un libro de salida reciente al mercado, editado y redactado por escritores con una carrera bastante breve a sus espaldas, por lo que es lógico pensar que no estamos ante una obra maestra ni mucho menos. El librillo está maquetado con materiales más bien pobres e incluso carece de ISBN, lo cual tampoco es de extrañar, pues cada vez más y más libros de pequeñas editoriales o autopublicaciones están ignorándolo. Darle ISBN a tu libro cuesta en España alrededor de 45 euros, y teniendo en cuenta los gastos de impresión y los derechos de autor para cada uno de los escritores, lo más probable en este caso concreto es que el libro sufriera más pérdidas que ganancias. Gracias a estos sacrificios de edición, el precio a la venta, eso sí, es más barato y ligeramente competitivo.

Pero ya me estoy andando por las ramas. ¿Qué contiene Las 13 lunas de Berhert? La respuesta con ver la portada debería ser bastante obvia: 13 relatos de ciencia ficción por distintas plumas españolas, más un decimocuarto, que viene a modo de extra. Debido a la desigualdad entre la calidad y la temática de los relatos, conviene hablar de ellos uno por uno para dar posteriormente una valoración general:

  • Seis mil millones de mundos, de Jorge J. Coello: Relato cosmológico sobre un universo paralelo y una extraña especie que contribuye a su propia destrucción. Es con diferencia el que menos me ha gustado por varios motivos. Ya desde el inicio se nota que el escritor fuerza la máquina y acaba abusando y reiterando en los mismos adjetivos. Solo el párrafo inicial ya es capaz de enfurecer a cualquiera que haya leído un poco. Si a este intento malogrado de parecer Lovecraft le añadimos el rollo trascendentaloide, nos queda lo que es: un texto muy pobre.
  • Regreso a Mona, de Guillermo Fiscer: Por el contrario, el relato de Fiscer sí me parece realmente bien escrito. Se nos narra la vida de un hombre que, agotado por el estrés de la urbe, se traslada al campo como un nuevo Walden. Desde allí comienza su obsesión con una isla en las costas galesas, que de alguna forma lo llama. Fiscer maneja esencialmente bien las referencias e inserta elementos propios tanto de la ciencia ficción como de la novela de fantasmas en una historia que me recordó mucho a otros relatos de Fernando Codina que ya había leído, especialmente La última trinchera y La isla de los frailes.
  • El cuadro Bellafonte, de Astrid Antuña: También se compagina de una manera espectacular las tradiciones del terror y de la ciencia ficción en este relato de Antuña, que destaca por su giro de guion final. En él, se nos cuenta la historia de un misterioso cuadro maldito que lleva a la desgracia a sus poseedores. Una trama simple con una narradora sencilla, pero que demuestra funcionar bien.
  • Luz que se apaga, de César Ruiz: Un escritor es acosado por extraños seres venidos de otro mundo en un relato con momentos de mucha tensión. Ruiz consigue que sintamos rápidamente empatía por su personaje, que mantiene profundas reflexiones sobre su identidad y sobre la de quienes le rodean. Más allá de los extraterrestres y sus misteriosas intenciones, este relato habla del camino vital de cada uno, siendo la metáfora del final y la del propio título una señal del fin de la vida y de la idea de un más allá.
  • Smilodon, de Aldo López: Con López se pierde el tono adulto que se venía manteniendo en el resto de las piezas y pasamos a un narrador un tanto más juvenil e ingenuo. Lo cierto es que, si no fuera por la acción trepidante de sus páginas, este relato no lo habría acabado. Solo esa acción y una estructura bien llevada (y que recuerda algo a las viejas películas de espías) hace que me pueda medio olvidar de ciertos detalles de los personajes como la contradicción que representa que el antagonista le entregue sus poderes a Vladimir para luego proseguir a arrebatárselos en un sinsentido de manual.
  • Luces de aniversario, de Julián Romero: Interesante historia que mezcla la ficción zombi y la de extraterrestres. Será que he visto mucho The Walking Dead, pero este relato me ha resultado muy coherente y bien llevado. Mantiene la tensión de principio a fin y se nutre de personajes tipo con una gran atención a los diálogos. Tiene también momentos de absoluto escalofrío y hace que el lector tema por sus personajes. Además, el final es redondo.
  • La rebelión de los Hombres Rana, de Esther Pina: Un ser semi incorpóreo viaja sobre la estratosfera y tiene una visión que le lleva a acabar dialogando con una Polaroid y con un vinilo sobre cómo recuperar algo de ¿Humanidad? mientras que se narra la historia de la mítica civilización de los Hombres Rana. La verdad es que este relato me ha resultado el más soporífero de todos con mucha diferencia. Insufrible de principio a fin gracias a un tono metafísico que nadie le ha pedido mezclado con unos personajes absolutamente inverosímiles, incluso dentro de la ciencia ficción o la fantasía.
  • El resurgir de Teseo, de Beatrice Golden: Un hombre acude a su psicóloga alarmado por la repetición de un misterioso sueño en el cual es un héroe mitológico que enfrenta en el Coliseo romano a una bestia con cabeza de toro y cuerpo de titán. El protagonista poco a poco irá adentrándose en el sueño hasta descubrir que se le ha seleccionado para viajar entre dos mundos y traer la paz a ambos. Se trata de una historia entretenida y que mantiene bien el interés del lector, le atraiga o no la cultura clásica. El relato destaca por la sencillez de su expresión y por lo bien descritas que están las escenas de combate, así como por sus diálogos.
  • Destellos de otra realidad, de Danae Moreno: Dos mundos paralelos y uno que se destruye; dos mujeres a punto de hacer el viaje de su vida. Una historia sin mucho fondo, pero que cumple: entretiene.
  • Un nuevo día, de Jesús Muga: Este relato es el más oscuro de todos. Destaca por su inicio y la confusión del mundo que se crea. En él gobierna la esclavitud y la falta de derechos. Los trabajadores mantienen la ilusión de la falsa libertad mientras los poderosos se dedican a reducirlos y una guerrilla de proletarios disconformes se enfrentan a los perros de un gobierno corrupto. Con tintes kafkianos, el relato recuerda remotamente al expresionismo alemán. Mantiene también ciertas similitudes con La institución de Jorge P. López, particularmente en su escena inicial.
  • Más allá de las puertas de Tannhäuser, de Fernando Codina: Fernando Codina no es ningún extraño para los seguidores de esta esquina. No solo se han reseñado aquí algunas de sus obras, sino también tuve la oportunidad de hacerle una entrevista con motivo del mes de la ciencia ficción. En este caso, estamos ante un relato que narra la historia de la posible última mujer humana con vida, que viaja a bordo de una nave espacial junto a un androide. El texto habla desde la sencillez y plantea situaciones originales con un final satisfactorio para los lectores y los personajes. Las relaciones entre el androide y la mujer son el núcleo del relato, que es narrado desde la perspectiva del primero, que, por primera vez, llega a dudar de si siente lo que los hombres llaman en sus novelas "amor".
  • La fuga, de Javiera Vercelotti: Los terrícolas son engañados por hombres procedentes de otra dimensión y confinados a naves submarinas desde las que trabajan remando para suministrar energía a los incursores. La fuga se trata de un relato camuflado sobre la colonización de tantos otros territorios en el mundo y una crítica hacia los poderosos que explotan la mano de obra de los más pobres mientras sus familias permanecen en la inopia. Es un canto a la revolución narrado en forma de carta de una joven a su hermano pequeño.
  • Entre mil billones, de Pilar Rodríguez: Una asesina a sueldo para el Santo Pontificado deambula por las galaxias colindantes en busca de seres que se han reencarnado recientemente y que deben eliminarse antes de crecer y hacer el mal. Lo que no sabe, por supuesto, es que todo es una estratagema de la Iglesia para mantener su poder por el cosmos. Rodríguez nos ofrece una historia de abusos, poder e intrigas donde critica la doble moral de los sectores sociales que pueden permitírsela. Muy recomendable.
  • Mira atrás, de Jandra Dubois: Una joven vive en una ciudad de la que no puede escapar, solo transitar de un distrito a otro cuando acumule los puntos de ciudadano necesarios para dicho fin. El control del gobierno es total y un grupo revolucionario pretende dilapidarlo. De este texto, destaca sobre todo el carisma de la protagonista y cómo se introducen los distintos elementos de la trama. Consta con un final, eso sí, no demasiado sólido.
Y hasta aquí los catorce relatos. Como habéis podido comprobar, se trata de una colección bastante irregular. La mayoría de textos son buenos, otros tantos correctos y algunos detestables. La falta de conexión total entre los temas y el tono de cada uno de los relatos hace que parezca más una revista que una antología. Ciertas piezas encajan mejor que otras dentro de la ciencia ficción, que ya de por sí es una etiqueta muy amplia y que aglutina una gran cantidad de subgéneros que muchas veces no tienen nada que ver los unos con los otros. Aún así, se trata de un libro recomendable para aquellos que disfruten de este tipo de piezas breves. Yo lo he usado como descanso de lecturas más densas y estoy contento con el resultado.

Lean mucho, coman con moderación y namasté.



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