sábado, 19 de septiembre de 2020

El camino, de Miguel Delibes

 


Quizás la novela más emblemática de Miguel Delibes y que mejor refleje el resto de su producción sea El camino. En ella acompañamos a un niño, Daniel, más conocido en su pueblo como "El Mochuelo", en su último verano en su localidad natal antes de ser enviado por sus padres a la ciudad con la esperanza de forjarse un prometedor futuro. Sin embargo, Daniel está de todo menos ilusionado, pues es consciente de que en su tránsito hacia la vida urbana perderá, no solo a sus amigos de toda la vida, sino un conjunto de placeres que solo puede disfrutar por el lugar geográfico que ocupa. Esta novela se trata, pues, de una Bildungsroman, bastante breve, por cierto, en la cual un resignado protagonista es obligado por sus circunstancias a asumir un papel que, en un primer momento, detesta. No obstante, con el cúmulo de acontecimientos, que no son pocos, en esta obra, la visión idílica de su aldea y de seguir siendo un niño se transformará y accederá a aceptar la educación impuesta.

Daniel es un chico de once años que piensa que todo lo que hay que saber en esta vida se encuentra en su pequeña aldea, donde todos se conocen y donde todos conviven con leyes eclesiásticas muy cerradas que delimitan que cada cual tenga un rol social. Daniel es hijo del quesero de la localidad, una profesión que Delibes reivindica ante el peligro de extinción que ella ya comportaba en los tiempos en los que se redacta esta novela. Su madre es una mujer que ha quedado estéril, por lo que Daniel es y siempre será hijo único y sobre sus hombros caen todos los sueños rotos de sus padres, que han vivido en épocas turbulentas y especialmente duras, a pesar del aislamiento del valle. Pero, ¿de qué le valen esas esperanzas, si él no puede ser dueño de su propio destino?

Daniel tiene dos amigos, con los que, a pesar de las advertencias de su madre y de otros tantos del poblado, decide pasar su tiempo, cada vez más breve. Uno de ellos es Germán, "El Tiñoso", un joven enclenque y lleno de distintas calvas que conoce y adora a todos los pájaros que surcan por el firmamento. Hijo de zapatero, no aspira a nada más que a relevar a su padre en el oficio. El otro es Roque, "El Moñigo", huérfano de madre, que se las da de tipo duro por tener la voz más grave y una cicatriz de la Guerra Civil. Juntos se divierten robando manzanas y bañándose desnudos en el lago. Forman y una tríada y aprenden los unos de los otros cómo funciona el mundo adulto. Se muestran inquietos ante todo y luchan por mostrar su masculinidad para ser considerados hombres lo antes posible.

Sin embargo, estos no son los únicos personajes de El camino. Delibes se detiene en todo momento a contar las mil y una vicisitudes de cada personaje que habita este paraíso rural, el cual defiende a capa y espada tras la sombra del dubitativo Daniel. El camino no es solo una revisión de una infancia idílica, sino un manifiesto de la defensa de la vida rural, aunque también se destacan sus ciertos peligros. La sociedad es particularmente cerrada, envidiosa con los extranjeros y recelosa con los impíos. La educación es otra. No importa saber resolver problemas con dos o tres incógnitas. No importan las raíces cuadradas ni los complementos predicativos. Lo que sí que importa es el oficio, milenario muchas veces, la capacidad para relacionarnos los unos con los otros, la forma de acatar o desafiar normas y el reconocimiento. Aunque diría que si algo importa por encima de todo en El camino es el amor. Daniel ama a una chica que es mayor que él y a su vez es amado por una chica más pequeña. Daniel comprende el mundo de los romances y los noviazgos a través de los adultos que comienzan a dejar de tratarlo como a un niño, de los continuos sermones de la iglesia y de la Guindilla Mayor, la puritana de este peculiar elenco. El amor es un motor que provoca dicha, pero también sufrimiento, pues su naturaleza es engañosa, desafía normas que la iglesia no permite que se desafíen. Mujeres y hombres se convierten en fieras en esta novela y arrancan la inocencia de los ilusos.

El camino es una novela muy breve de un gran narrador de la literatura española del siglo XX. Puede que no sea yo el que mejor empatice con las ideas de Delibes, especialmente en lo tocante a su defensa y fascinación por la caza, pero he de decir que El camino es una gran novela con algunos de los momentos más memorables que he leído este año. Aprovecho para destacar el episodio que a mi juicio es el mejor, ese en el que un Daniel humillado por haber participado en el coro de voces puras de la iglesia se detiene frente a la cucaña de las fiestas patronales y se aviene a trepar hasta la cumbre más fría y dolorosa por un duro. Daniel aprende con ello que el reconocimiento conlleva un esfuerzo y también riesgo y que si quiere convertirse en la clase de hombre que desea debe aventurarse a lo desconocido y, por muy difícil que sea el camino, no detenerse jamás.

Lean mucho, coman con moderación y namasté.

Reseñas de otras obras de Miguel Delibes en esta esquina: Cinco horas con Mario, El disputado voto del señor Cayo, Las ratas


2 comentarios:

  1. Muchas gracias por la reseña de este cuento, lo voy a agarrar cuando vaya a la librería. Un saludo :)

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  2. Gracias a ti por pasarte y comentar, Scabbers.

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