viernes, 4 de septiembre de 2020

Ghoul, de Juan Díaz Olmedo

 


Una mujer joven camina por la calle, odiándolo todo. Está en un barrio marginal de París y se ha quedado sin nadie. Su familia la persigue para matarla y sabe que no puede confiar en los demás. No es una vagabunda más, pero un encuentro fortuito va a cambiar su vida. En la puerta de un local de stripteases, el jefe la ve y le ofrece un trabajo con el que mantenerse. Aunque la protagonista tiene sus dudas, finalmente acabará aceptando, motivada por un nuevo amor. No obstante, el jolgorio no dudará tanto como parece.

Ghoul es una novela de horror extremo donde se recurre a turbios ambientes adultos y marginales. Está plagado de outsiders, pero los más interesantes son los que pertenecen al clan de la protagonista: los autodenominados ghouls. Son seres a medio camino entre los humanos y los demonios que acostumbran a devorar carne humana para alabar a su dios. El personaje principal deberá lidiar con su condición sobrenatural y tratar de vivir una vida lo más normal posible con su pareja, aunque de vez en cuando tenga que salir de caza.

Al igual que Marionetas de sangre, Olmedo juega en Ghoul con la ambigüedad del texto y nos ofrece una dualidad de posibilidades. Permite tanto que el lector crea las palabras de su protagonista como que las ponga en duda. Para ello, nos va dejando pistas a lo largo de la narración y pienso que son estas el punto bueno de la novela. De nuevo, vemos lo que ya son tópicos dentro de las narraciones de Olmedo: la atmósfera opresiva, el submundo gótico, la violencia gráfica y plagada de sangre, protagonistas lesbianas, la exaltación del sexo, mutilaciones, personajes con condiciones sobrenaturales sin resultar superpoderosos, un ritmo de narración acelerado, el culto hacia la muerte y la visión de esta como un motor que guía la vida de los personajes, etc.

Por otro lado, he de decir que esperaba más. Pienso que no está al nivel de sus otras dos obras, desgraciadamente, a pesar de ser muy entretenida. No obstante, por raro que parezca, las crudas descripciones del despiece de cadáveres humanos (y su posterior deglución) que aparecen en la novela me han hecho reafirmarme tajantemente como vegetariano. De verdad, no me puede dar más asco la carne ahora mismo. Y lo curioso es que sospecho que quien lea este libro, aún cuando acostumbra a comer carne, también pasaría varios días sin querer tocarla ni con un palo. Así que se puede decir que en ese punto se luce el autor, que nos lleva como lectores a pasar ese mal rato que vamos buscando en un libro de estas características.

Otra curiosa cuestión, en el prólogo se menciona que hay una serie de televisión producida por Greg Nicotero que toma como punto de partida este libro, pese a desvirtuarlo. No solo no he visto la serie, sino que no la encuentro en Google. Pero ninguna referencia, como si no existiera. Me aparece una india, pero dudo mucho que la financie el ex show runner de The Walking Dead. De todas formas, en el mismo prólogo ya avisan de que no tiene nada que ver con la novelita y que el propio Olmedo ha pedido que retiren su nombre de los créditos de apertura. Imagino que tendrá sus motivos.

Y eso es todo por hoy. Lean mucho, coman con moderación y namasté.

Reseñas de otras obras de Juan Díaz Olmedo en esta esquina: Marionetas de sangre



3 comentarios:

  1. Quizas te interese:
    https://www.amazon.es/Crueldad-Víctimas-Juan-Díaz-Olmedo/dp/B08HBHTS14/ref=sr_1_1?__mk_es_ES=ÅMÅŽÕÑ&keywords=La+Crueldad+de+las+Víctimas&qid=1601232809&sr=8-1
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por pasarte, Juan. Claro que me interesa. En los próximos meses cae. Saludos.

      Eliminar
  2. Dónde puedo obtener en libro para Ecuador

    ResponderEliminar