Uno de mis placeres culpables es la narrativa vanguardista de Samir Karimo. Se trata de un autor portugués de origen indio que, debido a su formación como traductor, suele publicar su obra en castellano, pues encuentra un mayor público en nuestra lengua. Sus relatos suelen ser muy breves y en ellos predomina el horror y lo grotesco, con pinceladas muy bien llevadas de un humor que entronca con el Teatro del Absurdo y el dadaísmo. Su obra es leer en clave dadaísta, y en menor medida surrealista, la larga tradición gótica. Y esto da lugar a textos donde se desafía todo: el espacio-tiempo, la figura de los monstruos, el sentimiento mismo de pánico, la improvisación como herramienta creativa, la sexualidad, etc. Por desafiar, Karimo desafía incluso la misma sintaxis española. Crea palabras, con un especial sentido lírico, y personajes únicos para un universo también único, plagado de dimensiones, de líneas temporales, de entes bizarrísimos con comportamientos que no terminamos de entender, etc. Además, como los novísimos en España, hace un uso muy interesante de las referencias culturales, cimentando muchas veces sus textos sobre ellas y sobre las experiencias que estas les provocan. Es una literatura cercana al pulp por su carácter experimental, su aura de cine ochentero y su distancia deliberada con la narrativa de terror convencional.
Okulto es una muestra más de su prosa. En ella tenemos veinte relatos, más un extraño guion para un extraño cortometraje que jamás se rodaría y que, a mi juicio, es de lo mejorcito del volumen. Aunque la mayoría de estos textos ya aparecen en antologías, revistas digitales y libros de relatos posteriores, se puede decir que la lectura de Okulto es una experiencia interesante por la novedad que aporta a quienes no están familiarizados con el horror experimental y satisfactoria para los que disfrutamos con él.
Otro texto muy destacable y que no he reseñado aquí es la colaboración con el español Teodomiro de Moraleda en Sangre más allá del matadero, otro autor muy anclado en el pulp. Juntos también tienen dos novelas experimentales totalmente disparatadas y escritas a ocho manos, con otros dos autores, tituladas Ouija infernal y Ouija infernal 2. Estas son de las mayores locuras que he leído en mi vida hasta el punto de que no sabría ni cómo clasificarlas, especialmente la primera. Eso sí, son unas risas aseguradas. Actualmente me encuentro leyendo Macabruo, una reciente novela publicada por Karimo, pero exclusivamente en portugués. En ella explora lo que ha venido a llamarse splatterpunk, una corriente de la narrativa gótica que en España ha sido trabajada por autores como Juan Díaz Olmedo, Lou Wild o José Ángel Conde, por citar solo a algunos de los autores que se han reseñado aquí, y que supone una transgresión del horror a través de la violencia explícita y la descripción de elementos de repulsión vinculables a lo monstruoso, utilizando estéticamente para ello los fluidos corporales.
Y eso sería todo por hoy. Lean mucho, coman con moderación y namasté.
PD. Ruego que me disculpen por la coincidencia del color de la portada y del fondo de esta esquina. Es una casualidad sin precedentes. He tratado de echar alguna foto, pero el resultado es todavía peor. Gracias por su comprensión, gente bella.
muchas gracias, amigo
ResponderEliminarmil gracias, amigo
ResponderEliminarHas conseguido despertar mi curiosidad. Me gusta el horror y me gusta la literatura experimental, así que poner las dos cosas en la coctelera puede ser muy interesante.
ResponderEliminarInteresante y divertido es desde luego, sobre todo por ese rollo macarrilla pulp y totalmente alucinado que tienen la mayoría de relatos.
Eliminar